La denuncia se presentó ante la Policía en octubre de 2016 y la Iglesia se enteró el pasado febrero, cuando familiares del denunciante pidieron una reunión al arzobispo de Montevideo.
Luego de recibir a la familia, Sturla y el superior de la congregación, que radica en Brasil, se reunieron con la presunta víctima.
A partir de allí, la Iglesia puso en marcha el protocolo para denuncias de abuso sexual de menores, elaborado en 2013, y separó de todas las actividades pastorales al sacerdote, lo sacó de la parroquia y el colegio donde se desempeña y lo apartó de las actividades con niños y adolescentes.
Quien presentó la denuncia es ahora mayor de edad, pero era menor al momento de los hechos. El cura, por su parte, negó ante la Justicia haber cometido abusos sexuales contra menores de edad.
La Arquidiócesis no dio a conocer el nombre de la parroquia ni del colegio involucrados pero aclaró en un comunicado que es la única denuncia que existe contra el cura.
También explicó a Telemundo que el denunciante no era alumno del colegio, sino que estaba vinculado a la parroquia. La Iglesia dispone de una línea para denunciar abusos sexuales contra menores cometidos por religiosos o personas consagradas.
El número es 095 382 465 y es válido para todo el país.