A raíz de la muerte de un hombre que tropezó y cayó sobre unos pinchos colocados en un edificio del centro de Montevideo, el Municipio B solicitó a la Intendencia de Montevideo que se genere una normativa para prohibir este tipo de elementos, conocidos como “arquitectura hostil”, a lo que la comuna accedió.
Colocada por los propios vecinos para evitar que personas en situación de calle se acuesten a dormir, en la nota el municipio señaló que “esta infraestructura es potencialmente peligrosa, inhibe la libre circulación urbana y atenta contra la convivencia en el espacio público".
El tema abrió un debate sobre los vínculos entre vecinos de la zona y las personas en situación de calle, además de discutir los potenciales peligros de esta infraestructura.