Dos penales bien cobrados y ejecutados por Polenta para el tricolor; Aguirregaray y Novick para el carbonero.
En la previa Peñarol llegaba como favorito por su liderazgo en las tablas del Clausura y la Anual, y más todavía cuando a Nacional se le lesionaron dos de sus figuras principales, Kevin Ramírez y el "Diente" Nicolás López. El plantel tricolor se había probado varias veces falto de recambio. Sin embargo, el trámite del clásico fue otro: Nacional arrancó mucho mejor el primer tiempo, y controló prácticamente todo el segundo. Si el fútbol se tratara de merecimientos, los de Gustavo Munúa deberían haber ganado por más de un gol. Pero claro, el fútbol no va por ahí.
El primer tiempo fue parejo, porque si bien los tricolores arrancaron con más velocidad y mejor juego, se fueron quedando y el carbonero generó varias chances, incluida una muy clara tras un remate cruzado de Diego Forlán que Miguel Murillo no alcanzó a rozar y desviar adentro por escasos centímetros. Se fue cero a cero y estaba bien.
Pero desde el arranque del segundo tiempo, con apenas tres minutos jugados, el tricolor se volvió a ir arriba y hubo penal bien cobrado por una patada en el aire del "Vasquito" Aguirregaray sobre Christian Tabó. Sin López para patear, fue el capitán Diego Polenta el encargado. Remate fuerte a un lado, Guruceaga adivinó, no llegó y la pelota adentro. Aguirregaray es, sin embargo, un hombre de goles clásicos, y a pesar de no mostrar su mejor nivel, al rato puso el empate, con un centro de Hernán Novick, que había ingresado por el intrascendente colombiano Murillo.
El tanteador se emparejaba; no así el fútbol. El tricolor siguió mejor, y una vez más la confirmación llegó desde el punto penal. Esta vez, la falta fue más discutible, con un toque de Valverde al pie de apoyo de Leandro Barcia, que se aprestaba a rematar un rebote. El envión de Barcia lo tiró al piso y el árbitro Daniel Fedorczuk cobró. Otra vez Polenta, otra vez la misma receta, otra vez Guruceaga se tiró bien y se quedó corto. Desde ahí Nacional dominó y las chances claras se repitieron, sin que Peñarol se encontrara en la cancha. Sebastián Fernández erró varias, hasta que se fue solo de contragolpe y Guillermo Rodríguez lo bajó de atrás con una patada que debería darle varias fechas de suspensión. Lo primero que hizo cuando se paró el aurinegro fue señalar que la falta había sido fuera del área, apenas, y se fue de la cancha. Al final, su esfuerzo saldría bien para Peñarol, aunque podría haber sido un riesgo para la salud del delantero tricolor. Mauricio Victorino pateó el tiro libre mal, pateó el rebote mal y ya no hubo más chances para Nacional.
Como es el ADN de Peñarol, los nueve jugadores en cancha se fueron al ataque a buscar el empate que preservara el liderazgo en la Anual, aunque sin ninguna idea y todo corazón. Hubo un tiro libre peligroso que remató Aguiar y contuvo tranquilamente Esteban Conde, y así parecía irse el partido. Sin embargo, habría una última. Centro, Marcel Novick cabeceó como pudo, le dio con la nuca entre dos futbolistas tricolores que no llegaron y la pelota salió teledirigida. Esta vez el que no llegó fue Conde, que la vio entrar en pleno vuelo. Y a pesar de no merecerlo en los 90 minutos, esos descuentos le bastaron al Peñarol de Jorge Da Silva para seguir primero en la lucha por el Campeonato Uruguayo.
Gustavo Munúa paró en cancha a Esteban Conde en el arco; Jorge Fucile, Mauricio Victorino, Diego Polenta, Alfonso Espino; Santiago Romero, Gonzalo Porras, Leandro Barcia y Christian Tabó en el medio; Sebastián Fernández y Leo Gamalho en ataque.
El "Polilla" Da Silva puso a: Gastón Guruceaga; Matías Aguirregaray, el "Hormiga" Valdez, Guillermo Rodríguez, Maxi Olivera; Federico Valverde, Nahitan Nández, Marcel Novick, Luis Aguiar; Diego Forlán y Miguel Murillo.