La cifra de expulsiones de junio es la más alta desde 2006 y confirma el endurecimiento de la política de López Obrador.
Tres semanas después de llegar a un acuerdo con la Administración estadounidense del presidente Donald Trump para frenar la migración, México cerró el mes de junio con los deberes hechos: un número récord de deportaciones de migrantes con un total de 21.912, un 33 % más que en el mes anterior, según datos facilitados por el Instituto Nacional de Migración facilitados al diario español El País.
Es la cifra mensual más alta desde marzo de 2006, cuando el gobierno del expresidente Vicente Fox, deportó a 23.529 personas. Además, el número de extranjeros detenidos en junio supera los 29.000, un aumento del 23 %. Las presiones crecientes desde Washington, forzaron la mano del gobierno mexicano, que se comprometió a tomar "medidas sin precedentes" como parte del acuerdo alcanzado con la Casa Blanca.
El Ejecutivo mexicano desplegó a unos 6.000 miembros de la recién creada Guardia Nacional en la frontera con Guatemala y a otros 15.000 en el límite con Estados Unidos, para ayudar a controlar el flujo de migrantes. La gran mayoría de los expulsados hasta ahora han sido centroamericanos que huyen de la violencia y la falta de oportunidades de sus comunidades.
Sin embargo, también hay un número creciente de migrantes africanos y caribeños que emprenden el camino hacia Estados Unidos a través de México. Este martes, decenas de manifestantes protestaron frente a un centro de acogida en Florida, EEUU, exigiendo que se quiten los fondos para mantener abiertos este tipo de lugares.
“Quiero que el Congreso deje de financiar el odio, deje de financiar a la agencia de Inmigración y Control de Aduanas y la policía fronteriza, que deje de darles el dinero como el que les acaba de dar y que usan para abusar de las familias, para intimidar a los inmigrantes y para separar a las familias. Es hora de dejar de financiar este abuso, es un escándalo", dijo una manifestante.
"Están fabricando esta crisis, empeorando la situación en países de América Central y América del Sur al dejar de financiar cosas - están haciendo que sea más difícil que puedan venir legalmente y están creando una crisis para ganar una elección, y cosas así no pueden pasar", dijo un estudiante que se manifestaba.
Un grupo de parlamentarios demócratas visitó centros de detención de migrantes en Texas y calificó sus condiciones de "horribles".