Así logró un joven argentino ser dueño del dominio de Google.com.ar por algunas horas

Este fenómeno se conoce como “ciberocupación”. Surgió a finales de los 90' cuando internet se comenzó a hacer muy fuerte, pero es un fenómeno que mantiene su vigencia.

“Vi el nombre de google.com.ar disponible y lo compré, legalmente como corresponde”. Con este mensaje un joven argentino sacudió las redes sociales en la noche del miércoles.

Cerca de las 22.30, Google dejó de funcionar en Argentina. Y cuando los usuarios se pusieron a averiguar, se encontraron con que el dominio -es decir, la propiedad de la página web- había aparentemente vencido para Google en Argentina y había sido comprada por este joven.

De esta forma se viralizó esta captura de pantalla del portal de Nic Argentina, que es el organismo oficial responsable de la administración de todos los sitios en el país vecino. Allí figuraba el nombre de Nicolás Kuroña como el dueño del sitio del gigante tecnológico en Argentina.

¿Cómo llegamos a esto? Según el portal de noticias Infobae, “los derechos de uso de las URL argentinas tienen un período de vencimiento establecido al momento de su adquisición”. Es por eso que, al caducar el plazo establecido y no haber señales para una renovación por parte de Google, el regulador argentino puso a disposición el dominio para que cualquiera lo compre. En el caso del de Google, la compra se hizo por $270 argentinos.

Sin embargo, según la ONG Open Data, la dirección de Google en Argentina “no estaba vencida ni caducó”. Es más, el dominio estaba vigente hasta julio por lo que consideraron que “alguien lo transfirió o pasó algo raro”.

Horas después, durante la madrugada del jueves, el regulador argentino le devolvió la propiedad del dominio a Google con una fecha de caducidad marcada para noviembre de este año.

Desde la compañía, lo único que señalaron fue lo siguiente: “El problema que afectaba el acceso a google.com.ar ya fue resuelto. Lamentamos los inconvenientes que esta situación pudiera haber generado y seguimos investigando las causas”.

Todavía quedan dudas sobre qué fue lo que pasó y si efectivamente un joven tuitero compró el dominio, o solo aprovechó un inconveniente técnico para obtener sus 15 segundos de fama viral.