¿Por qué la ciencia todavía no puede anticipar un terremoto?

Países como Japón, México, Chile y Estados Unidos lograron algunos avances, pero el consenso científico sigue siendo unánime: “prever con detalle cuándo, dónde y con qué magnitud tendrá lugar un temblor, es hoy imposible”.

Japón activó hoy la alerta de tsunami a causa de un terremoto de magnitud 7,3 frente a las costas de las prefecturas de Fukushima. El sismo se produjo cerca de la medianoche hora local a una profundidad de 60 kilómetros, según informó la Agencia Meteorológica de Japón.

Hace diez años, en este mismo lugar hubo un terremoto devastador que llegó a la central nuclear.

Existe un estudio que viene haciendo un seguimiento de los terremotos que ocurren en la Tierra desde el año 1900. Los resultados dicen lo siguiente: cada año ocurren en el planeta un terremoto de magnitud mayor a 8; 15 de magnitud entre 7 y 8; y 134 terremotos de magnitud entre 6 y 7.

Estos son los más devastadores, pero lo cierto es que los sismógrafos desperdigados por todo el mundo detectan cada año al menos un millón de movimientos sísmicos o temblores imperceptibles para las personas.

Desde la antigüedad el ser humano está intentando predecir la llegada de un sismo. Según documentos del MIT, ya desde la antigua Grecia se constatan anécdotas históricas que hablan de cambios en el comportamiento de animales como serpientes, hurones y ratones ante de la llegada de un sismo.

Países como Japón, México, Chile y Estados Unidos lograron algunos avances en este sentido, pero el consenso científico sigue siendo unánime: “la predicción, en el sentido de prever con detalle cuándo, dónde y con qué magnitud tendrá lugar un temblor, es hoy imposible”.

No obstante, algunos investigadores son más optimistas y creen que nuevas tecnologías como la inteligencia artificial podrían apuntalar el desarrollo de un sistema de detección.

“Ahora, con la ayuda de la inteligencia artificial, un número cada vez más grande de científicos afirma que los cambios en la manera en la que pueden analizar enormes cantidades de datos sísmicos puede ayudarles a entender mejor los terremotos, anticipar cómo se comportarán y proveer alertas anticipadas más rápidas y precisas”, explica un artículo de The New York Times.

De todas formas el conocimiento sigue siendo muy limitado y no existen modelos con la precisión suficiente como para adelantarse a uno de los fenómenos de la naturaleza más destructivos e inciertos de todos.


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