Dos tercios del Parlamento uruguayo está de acuerdo con regular el mercado de todas las drogas

Los legisladores que están a favor plantean comenzar por los psicodélicos y algunos señalaron dejar por fuera de esa posible legalización a la pasta base o al crack.

Dos tercios de los parlamentarios uruguayos están de acuerdo con regular el mercado de todas las drogas.

En una encuesta realizada por El Observador a todos los parlamentarios, mediante un formulario de Google, entre el 29 de agosto y el 16 de enero de 2024, respondieron 123 de los 130 senadores y diputados.

El cuestionario incluyó nueve preguntas de opinión con múltiple opción y 12 consultas de perfil sociodemográfico y caracterización.

El resultado, cuyos detalles irá publicando en los próximos días el medio, es que el 65% está "de acuerdo" o "muy de acuerdo" con regularizar el mercado de todas las drogas

En el gobierno de José Mujica, Uruguay fue el primer país en legalizar la producción y venta de marihuana, y ahora algunos partidos empiezan a analizar hacerlo con otras drogas.

En el Frente Amplio el 96% está a favor de avanzar en ese sentido, y en el Partido Nacional el tema divide casi a la mitad. En el Partido Colorado y en Cabildo Abierto casi siete de cada diez se oponen.

En las respuestas, los legisladores que están a favor plantean comenzar por los psicodélicos, y algunos señalaron dejar por fuera de esa posible legalización a la pasta base o al crack.

El programa aprobado por el Frente Amplio propone "analizar y promover estrategias de regulación de los mercados, como instrumentos para la lucha contra el narcotráfico, teniendo en cuenta las experiencias fallidas de la guerra a las drogas".

El equipo que está asesorando en estos temas al precandidato colorado Robert Silva también está pensando en incluir algo en el programa de gobierno vinculado a la regulación.

El Observador agrega que una variable que parece tener una correlación con la visión sobre la regulación del mercado de drogas es la religiosidad. Mientras ocho de cada diez de quienes se consideran "poco o nada" religiosos están afín a la regulación, solo lo están cuatro de cada diez de los más religiosos.