“Durante la misma operación, que contó con la colaboración de la Agencia Tributaria, también fueron detenidos tres hombres, todos ellos de nacionalidad portuguesa”, informaron las autoridades portguesas.
La Policía Judicial de Portugal, en conjunto con la Unidad Nacional de Lucha contra el Narcotráfico, incautaron en ese país un cargamento de más de tres toneladas y media de cocaína que se encontraba oculta en un contenedor que llegó desde Latinoamérica y que, entre otros puntos, pasó por el puerto de Montevideo.
Según la información oficial de la Policía portuguesa, en el marco de una investigación liderada por la Dirección Central de Investigación y Acción Penal, esta semana “fueron incautados en un depósito de la región central del país alrededor de 3.600 kilogramos de cocaína, droga que había llegado días antes por vía marítima, al interior de un contenedor de harina de soja, procedente de un país latinoamericano”.
“Durante la misma operación, que contó con la colaboración de la Agencia Tributaria, también fueron detenidos tres hombres, todos ellos de nacionalidad portuguesa”, agrega la información.
En tanto, el titular de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios de Paraguay (DNIT), Oscar Orué, confirmó este martes que el cargamento de harina de soja interceptado en Portugal salió en junio pasado de uno de los puertos del país, pero aclaró que no fue detectada droga en su interior, según recoge la agencia EFE. Orué explicó a medios locales, sin especificar el punto de partida, que el cargamento "salió de un puerto paraguayo".
No obstante, indicó que se cumplieron con las "formalidades de control" previas al embarque, en las que participaron funcionarios de su entidad y agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad). "Conforme al acta que nosotros observamos, no se encontraron irregularidades", afirmó Orué, aunque admitió que no se puede descartar que el envío "se haya contaminado por el camino" o que los funcionarios locales "estén involucrados o no".
El funcionario indicó también que el cargamento prosiguió hacia Uruguay, donde también fue sometido a controles sin que se encontrara "ninguna observancia" o característica de contaminación. Posteriormente, pasó a Francia y finalmente arribó a Portugal.