El trabajo en equipo bajo la lupa: un estudio comparó la "inteligencia grupal" de las hormigas con la de los humanos

Una de las conclusiones es que los cerebros más complejos necesitan de una amplia comunicación para cooperar de forma eficiente.

Se habla mucho de la inteligencia colectiva o grupal como una de las ventajas de vivir en grupo, en sociedad o comunidades. Pero, ¿qué factores facilitan realmente la inteligencia grupal? Para responder a esta pregunta, un instituto israelí comparó cómo individuos y grupos de hormigas resuelven un rompecabezas geométrico idéntico. En algunos casos, la inteligencia aumenta el desempeño y en otros la deteriora.

Solo el 1% de las especies de hormigas son capaces de trabajar en equipo, en cambio, los humanos hemos sobrevivido a lo largo de la historia por la cooperación y alianzas estratégicas. ¿Pero qué pasa si se les pide la misma tarea a ambos? ¿Quién tiene mejor inteligencia colectiva? 

El Instituto Weizmann de Ciencia lleva años estudiando a las hormigas y han comprobado que, al igual que los humanos, el grupo siente, integra y responde al entorno. Pero para llevar las pruebas y el conocimiento a otro nivel, diseñaron un experimento donde tanto los humanos como las hormigas tenían que sacar una pieza en forma de T (proporcional en tamaño) por dos salas con una abertura estrecha. 

Primero lo hizo una sola hormiga y una persona, luego grupos de seis a nueve individuos y por último grandes equipos de hasta 25 personas u 80 hormigas.

Para igualar la capacidad de comunicarse entre miembros de la especie, a los humanos se les prohibió hablar entre ellos o hacerse gestos, se les pusieron mascarillas y gafas de sol muy oscuras y en los bordes de la T levantada por los humanos había sensores de fuerza. Con estos elementos se lograba medir la intensidad y dirección de los tirones de los participantes. Esa era la única forma que tenían de comunicar sus intenciones.

Los resultados muestran cómo la inteligencia colectiva de las hormigas es más fuerte que la de los humanos porque logran eficiencia en equipo, en cambio, en los humanos se ve cómo le cuesta tomar decisiones cuando empiezan a ser muchos.

El estudio señala que cuando una hormiga transporta una carga por sí sola no recuerda durante mucho tiempo la dirección de su movimiento; sin embargo, en grupo sí pueden recordar la dirección en la que se dirigían durante unos segundos y persistir en modificarlas. En cambio, los humanos realizan esquemas mentales que supone una reducción dimensional extrema, pero que es individual y no compartida. 

En conclusión, los autores destacan dos grandes hallazgos. Uno, que las mentes simples pueden aprovechar con facilidad la escalabilidad. Y dos, que los cerebros más complejos necesitan de una amplia comunicación para cooperar de forma eficiente.