La amazona paralímpica uruguaya compartió en Americando anécdotas de su vida, especialmente las de la infancia que pasó en su Florida natal.
Alfonsina Maldonado nació en Florida, hija de padre y madre floridense, y asistió a la escuela rural Costa de Arias. Allí su maestro y el de otros catorce niños era Raúl Rodríguez, que además cada vez que la operaban concurría al Hospital a darle clases para que no perdiera el año.
El accidente lo tuvo muy temprano en su vida, cuando tenía solo seis meses. Habían ido a pasear a la casa de unos amigos un 1º de mayo y se habían quedado sin luz. Su madre prendió una vela, y no se sabe cómo, la mano de Alfonsina tomó fuego. Se carbonizó los dedos y se quemó una parte de la cara y la cabeza, pero de esto último no quedaron rastros. Estuvo más de treinta días en coma y luego vivió un año y medio en una incubadora. Hasta los cinco años prácticamente vivió en un coma inducido, porque esta era la única forma de hacerle un tratamiento de esta naturaleza a un niño tan pequeño. La despertaban cada tres o cuatro días. Luego pasó a la escuela, que la hizo un poco en el Hospital y otro poco en la escuela rural a la que asistía.
Con trece años comenzó a montar en el Ejército, en San Ramón. No querían ni tomarle la prueba, pero los convenció y enseguida pasó a la clase de avanzados. Al poco tiempo la seleccionaron para competir por el Ejército. Alfonsina está convencida que su persistencia es la gran responsable de su éxito.