El Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) alberga a unos 260 adolescentes privados de libertad en todo el país, a los que se suman otros 350 jóvenes con medidas alternativas a la privación. Unos 800 funcionarios están en contacto con los adolescentes, pero no recibieron formación específica para ese rol. Por ese motivo, Inisa creará una academia de formación continua y permanente para los trabajadores. Para saber en qué consiste esta nueva propuesta, recibimos a Rosanna de Olivera, presidenta del Inisa.
Esta academia es una de las estrategias que comenzó en la gestión anterior. Y me gusta decirlo porque esas son las verdaderas políticas públicas.
Yo soy una defensora de lo que es ocupar este lugar y poder ser una servidora pública, así me siento. Y esta estrategia de la Academia de Formación continua y permanente comenzó en 2019 cuando la UE, a través del Programa contra el Crimen Transnacional Organizado, envía a una referente a Uruguay, vuelve a Italia, asumimos nosotros, comienza la pandemia y nosotros dijimos “esto lo tenemos que continuar”.
Esos 800 funcionarios son quienes los despiertan a la mañana, les dicen “buen día”, los acompañan a las actividades, a estudiar, trabajar, hacer deporte. Ese modelo de adulto tiene que tener el expertise de la tarea que realiza.
Pararse frente a un adolescente de estas características no es una algo menor. Hay que estar muy bien preparado, saber cuál es la función que estamos cumpliendo. Esa función es importante para Uruguay.
Del proceso que ese adolescente haga dentro de la institución en el tiempo que permanezca en el Inisa y vuelva a la comunidad, es de lo que depende que el trabajo sea exitoso o no y no reincida en el delito.
Que ese joven entienda que cometió un delito, que se responsabilice por ese delito.
Por supuesto que hay equipos multidisciplinarios de psicólogos, trabajadores sociales. Hay un área jurídica, hay mucho más pero, esta figura del educador nos pareció muy importante y esta academia va a profesionalizarlos.