El 13 de octubre se cumplen 50 años de la tragedia de los Andes, uno de los hitos que marcó la historia reciente de Uruguay y que ha sido recordado y conmemorado a lo largo del tiempo de múltiples formas. "Lo que se ha transmitido y todas las cosas sociales que se han demarrado de la montaña a mi me fascinan y me enorgullecen que 50 años después tengamos esa respuesta en homenaje a los que no volvieron", expresó Canessa.
Un avión que viajaba rumbo a Chile para jugar un partido de rugby se estrelló contra la Cordillera de los Andes. Viajan 40 pasajeros y cinco tripulantes. Solo 16 supervivientes fueron rescatados más de dos meses después, mientras que 29 personas murieron.
A 50 años del accidente y la Tragedia de Los Andes
Salimos tres a caminar. Salió Vizintín y luego volvió por la estrategia de que Nando dijo: ‘bueno, si vamos dos vamos a tener más comida, lo mandamos para abajo y que avise que seguimos para el oeste”. Además, estaba cruzando un avión para el otro lado, y yo veía los dos caminos a Argentina en un momento de mucha incertidumbre a 4000 metros, caminaba treinta y tres pasos y te faltaba el aire, había perdido 30 kilos. Nando me dice: ‘Acompáñame músculo’, y yo le dije: ‘Mañana te contesto’, yo había leído que no había que tomar decisiones de tarde porque uno está cansado. Él es ruso, espera, y yo soy italiano, más fogoso, y le dije: ‘Vamos, Nando’, le dimos un abrazo a ‘Tintín’ y empezamos a largarnos para el otro lado, una cosa demencial. Te vas deslizando y pasan los aludes, y yo le decía a Nando qué estoy haciendo acá, quiero ir a mi casa, pero mi casa quedaba para el otro lado, así que no podía volver.
Los aniversarios son días especiales sobre todo para la gente que se acuerde, para las familias de los que no volvieron, trato de que me invadan de decirles que no, pero también pienso en la gente que está escuchando y esta historia los empodera a trepar sus montañas, hay que compartirla y hay que ser generoso con la historia.
Lo que admiro a los dos chicos que salieron caminando y aparecieron solitos caminando cruzando la cordillera de Los Andes y eso me emociona muchísimo, por el coraje y la garra que tenían en ese momento, ahora no puedo ni caminar tres cuadras porque me duele la rodilla. Además, nosotros veníamos como regalo de Navidad, porque sabíamos que nos habían dado por muerto, los habíamos escuchado por la radio. Me emociona mucho eso.
Trepo la montaña con mis pacientes. Aún me propongo cosas imposibles como operar un niño que estaba dentro del útero que tenía un tumor cardíaco y salir a caminar desde el Hospital Italiano de la humildad de llamar a un tipo en Estados Unidos y que diga mándalo a Roberto que el niño se opera en el útero y ahora el niño toca la batería y es compañero de clase de mi nieto. Esa es la actitud linda de paso a paso.
El otro día hablaba con Julia, esposa de Michi Sáenz, especialista en duelos, y me decía: ‘Roberto, vos cómo sobreviviste querés que viva todo el mundo’. Eso se ve en la gente que ha estado en Campos de Concentración en lugares terribles, que asumen ese compromiso, y puede ser que sea verdad, también soy un mimado del mundo, porque agarro un teléfono y me contestan de todos lados, de los mejores lugares, me admiran y ellos me dicen que admiran lo que hice y por la medicina, como que contagia y eso es espectacular. Tuvimos un niño en CTI de Texas Children’s Hospital y fuimos con la Fundación Corazoncitos allá, y ayer vino la doctora que lo atendió allí a dar una conferencia en Uruguay para esos niños que se operen y quedan con el corazón destrozado puedan estar semanas conectados mientras el corazón se recupera, y todo eso es cordillera.
Legado de la historia
Lo que se ha transmitido y todas las cosas sociales que se han demarrado de la montaña a mi me fascinan y me enorgullecen que 50 años después tengamos esa respuesta en homenaje a los que no volvieron.
La Biblioteca de Nuestros Hijos, enseguida sale la resiliencia de padres a decir vamos hacer una biblioteca en la memoria de nuestros hijos, todos eso que hemos sembrado es resultado de la montaña.
Para la gente somos leyenda, lo tengo claro. Nosotros lo vivimos lo que vivimos en la montaña, estábamos a la merced de todos, reunidos en el frío, en las noches que venían los aludes y cantábamos a voz en cuello las canciones del colegio religión para no morir enterrados de vuelta, vos me decís la montaña y yo me acuerdo de eso. Vos le decís montaña a la gente de afuera, la montaña, los superhombres, la leyenda, y hay disociaciones claras, pero siempre de esperanza.
Superhombre tenés que ser en todas las áreas, en tu casa también, tenés que entender que a mi hijo a los 5 años le preguntaron cómo se sentía ser hijo de un héroe y él respondió: ‘No era nacido en ese momento, así que no sé, yo a papá lo quiero mucho porque va al hospital todos los días para que no nos falte nada’, entonces el superhombre tiene que estar cuidando todo el entorno y todas las zonas. Mi tía que tiene 87 años, está en una casa de salud y cuando la voy a visitar no se acuerda mucho, entonces le recito las poesías que me enseñaba mamá en el colegio y a ella se le ilumina la cara, y no sé si la voy a ver por ella o por mí, ¿qué duro no? Es lo que hace al Uruguay, es por eso por lo que somos un país diferente, por esos legados de familia que no tenemos que perder nunca.
Todavía sigo descubriendo capítulos de la montaña. La importancia de Carlitos Páez con su voz pletórica y fuerte, la cercanía con ‘Gus’ Zerbino seguimos conspirando de cómo vamos armar lo de la montaña. Mañana no se celebra nada, mañana es un día de tristeza de las madres de los que no están. Seguimos conspirando con ‘Gus’ a ver qué forma darle.
Cada cual tiene su versión. A mí me divierte mucho que digan cosas que de repente no estoy de acuerdo porque habría que preguntarles, y capaz el equivocado soy yo.
Yo te aseguro de que cuando se te cae el avión estás en la cordillera. Esta historia es para los que se les cae el avión para cuando realmente se te cae. Todos hablamos de problemas, pero yo hablo de dificultades, creo que sirve para esas personas en ese momento. La fortaleza humana y de cosas maravillosas como cuando qué pone Chile ‘Uruguayos tenían que ser’. Los atrevidos los uruguayos, en Antuco 45 soldados quedan aislados y se mueren en la primera noche porque salieron a caminar bajo la tormenta. Todas esas peculiaridades nos tienen que revalorarnos y nos tienen que hacer querernos mucho más. Tenemos que ser una sociedad que en vez de agarrarte a piña en la esquina o porque se te cruce un auto dejar pasar al otro, es el celeste, el uruguayo, tenemos que ser una sociedad diferente y agradecido de lo privilegiados que somos. Que se te caiga el avión es que no tengas para comer y no tengas agua para tomar, que no tengas donde dormir, eso es que se te caiga el avión. Y a la gente que se le caiga el avión pensar que mientras hay vida, hay esperanza y que tal vez mañana. Nosotros teníamos dos lemas en la montaña: tal vez mañana y mientras hay vida. Qué poquito ambicioso somos todos los días de lo que pretendemos, tenemos que bajar las ambiciones y disfrutar de los sentimientos. Estamos ambicionados.
El otro relato
Qué coraje, qué huevos. No haber defraudado a mis amigos, de haberlo hecho por nosotros mismos, ese orgullo mueve montañas y esa es la actitud de vida de mis hijos y espero que de mis nietos. Depende de vos la vida. Los demás son obstáculos, aludes, pero sos vos el que transmitís a la gente eso es lo genial de ser humano. Eso es lo que quiero proclamar y que la gente entienda. Son pequeños gestos alrededor tuyo que te hace vivir en un grupo sensacional de personas, que lo podés hacer. La lista tan cortita, qué poquitos que volvimos de 45. Mucha gente me dice que si necesité apoyo psicológico por todo eso, primero cuando volvimos nos habíamos salvado, tenía un elefante de tristeza sobre mis hombros, teníamos que reconstruir al club, visitar a Nicola que se le habían muerto los padres, había que sacarlo adelante y eso llevaba a no encerrarte en tus problemas. Ayudar es espectacular porque te olvidás de tus problemas y ves el de los otros. Dar ayuda es tan divino, quiero proclamar esa manera de ser que tenemos que desarrollar. Esa es la montaña, eso es el Uruguay, ‘Uruguayos tenían que ser’.
Cuando vienen al consultorio no hay partidos políticos. Tenemos que luchar todos juntos. La política es una cosa externa a la actitud que tenemos que tener de ayudarnos. De joven sos incendiario, de viejo sos bombero, tenemos que bomberear un poco la cosa. La lucha son estériles, no nos dan nada, tenemos tanto por delante. Construyamos y construyamos contagiando alrededor.