Estudio muestra que las hormigas carpinteras se realizan amputaciones entre sí como forma de curarse heridas y evitar infecciones

Es más, los investigadores comprobaron que estas cirugías benefician a toda la colonia, a salvar vidas, a frenar la propagación de patógenos y a evitar tener que reproducirse más rápido para contrarrestar las pérdidas en la comunidad. 

En el mundo hay cerca de 2,5 millones de hormigas por cada ser humano y unas 12.000 especies. Pero se descubrió que solo las hormigas carpinteras son capaces de usar la amputación como forma de salvar a sus pares de heridas.

Aunque a veces son casi imperceptibles, estos insectos pueden llegar a desarrollar cualidades muy complejas, como por ejemplo, poder hacer una cirugía. 

Se descubrió que las hormigas carpinteras de apenas un centímetro y medio son muy territoriales e incluso violentas a la hora de enfrentarse a las colonias rivales; sin embargo, con sus pares, son muy protectoras, al punto de cuidar, curar y amputar a otras hormigas para que estas sobrevivan. 

Con el fin de que una lesión no se infecte, las hormigas arrancan a mordiscos las extremidades heridas de sus compañeras de nido y aunque se sabe que otras especies curan las heridas lamiéndose, esta es la primera vez que se ve que una especie usa la amputación para tratar una lastimadura.

Las hormigas del estudio solo amputaron ciertas heridas de las patas, lo que sugiere que son metódicas en sus prácticas quirúrgicas. Y la tasa de supervivencia es del 90%. Además, cuanto más cerca del cuerpo está la herida, mejor es el resultado de la amputación. 

Y esto último tiene una explicación: la mayor parte de los músculos se encuentran cerca del cuerpo, por lo tanto, si una bacteria infecta una herida en esta zona, los músculos ralentizan la circulación, por lo que los 40 minutos que lleva una amputación, son clave para que la infección no se expanda y mate a la hormiga. 

Es más, los investigadores comprobaron que estas cirugías benefician a toda la colonia, a salvar vidas, a frenar la propagación de patógenos y a evitar tener que reproducirse más rápido para contrarrestar las pérdidas en la comunidad. 

Pero lo que es más sorprendente, es que las amputaciones parecían consentidas. “La hormiga presenta su pata herida y se sienta tranquilamente mientras otra hormiga la arranca con mordiscos”: “en cuanto la pata cae, la hormiga presenta la herida recién amputada y la otra hormiga termina el trabajo limpiándola”, señala el estudio.