Las arañas no tienen muy buena reputación, pero son animales que habitan un mundo propio lleno de misterios y secretos. Es por eso que la inteligencia artificial está sirviendo para comprender cómo viven y se comunican.
Si el oído humano fuera lo suficientemente sensible, las telas de araña sonarían como algo así.
O al menos es lo que un grupo de científicos pudo saber en base a una investigación que utilizó inteligencia artificial para traducir las vibraciones que producen las arañas a un sonido reconocible por el oído humano.
Pero para entender cómo los científicos llegaron a esta conclusión, primero hay que conocer un poco sobre las particularidades de las arañas.
Cuando producen sus hilos -compuestos más que nada de proteínas- las arañas generan vibraciones a través de ellos que van variando dependiendo de su tamaño y elasticidad.
“Las arañas poseen unos órganos muy sensibles, conocidos como tricobotrios, por medio de los cuales pueden percibir vibraciones, incluso las que son muy débiles”, detalló un investigador a El País de Madrid. Y agregó: “Las arañas escuchan de esta manera”.
Partiendo de esta base, investigadores del MIT pudieron identificar las ondas que genera cada hilo y con un sintetizador de inteligencia artificial lograron transformar eso en un sonido que se asemeja mucho al de un arpa.
También utilizaron imágenes láser para componer un mapa en tres dimensiones de la telaraña al mismo tiempo que el artrópodo la iba tejiendo. “De esta forma, podemos explorar a través del sonido la secuencia temporal de cómo se construye la telaraña. Gracias a esto, el usuario puede ver y oír tal y como lo haría uno de estos animales con su telaraña y acercarse mucho a la sensación real”, puntualizaron los investigadores al diario español.
Según publicó la revista New Scientist, el próximo paso en la investigación es poder clasificar las vibraciones según la actividad de las arañas. Así, los científicos esperan poder descifrar cada mensaje y hasta establecer algún tipo de comunicación con ellas.
“Ahora estamos intentando generar señales sintéticas para hablar el lenguaje de las arañas. Si las exponemos a ciertos ritmos o vibraciones, ¿podremos influir en lo que hacen? ¿Podemos comunicarnos con ellas? Son ideas muy interesantes”, afirmó uno de los líderes de la investigación.