Teniendo en cuenta los ciclos naturales, el ascensor tenía momentos de llenado y vaciado, pudiendo trasladar y elevar de 50 a 100 toneladas.
El Instituto de Investigación Paleotécnico de París descubrió que en una de las pirámides más antiguas de Menfis había un ascensor hidráulico, capaz de mover los grandes bloques de piedra que conforman la estructura.
Siempre resulta inimaginable o por lo pronto muy asombroso pensar cómo hacían los antiguos egipcios para trasladar toneladas de piedras y bloques para construir las tumbas de sus faraones.
Pero la ciencia ha demostrado que no solo lo hacían con fuerza humana, sino que además contaban con la ingeniería necesaria para facilitar (dentro de las posibilidades) el trabajo diario.
A 30 kilómetros de El Cairo, se encuentra Menfis y allí se alza una pirámide escalonada de 62 metros de altura, hecha con bloques de piedra caliza, conocida como pirámide de Saqqara y construida en honor al faraón Zoser, hace más de 4.500 años.
Si bien se supo del uso de rampas y su forma de pirámide fue muy innovadora para la época, no fue hasta ahora cuando se descubrieron tres estructuras que abren una nueva línea de investigación sobre el uso de la energía hidráulica como un aliado en las construcciones.
Según los descubrimientos, la red hidráulica contiene una presa en un río próximo -afluente del Nilo-, para capturar agua y sedimentos; una instalación de tratamiento de agua con diversos compartimentos para un segundo filtrado y, finalmente, un elevador hidráulico en el corazón de la pirámide.
Todo indica que el ascensor funciona como si fuera un volcán, con dos pozos por donde se mueven los bloques de piedra, el agua circularía hasta 28 metros de profundidad por debajo de la base la pirámide donde, luego de acumularse, impulsará una especie de "ascensor hidráulico". Y, una vez elevadas serían distribuidas de un lado a otro de la construcción.
Teniendo en cuenta los ciclos naturales, el ascensor tenía momentos de llenado y vaciado, pudiendo trasladar y elevar de 50 a 100 toneladas.