Los planteos incluyen un aumento de los aportes de los trabajadores y un impuesto a las jubilaciones.
Las reservas de la Caja de Profesionales se agotan en junio de este año y sus directores preparan las propuestas que presentarán al gobierno electo. Los planteos incluyen un aumento de los aportes de los trabajadores y un impuesto a las jubilaciones.
Uno de los proyectos de ley que quedó pendiente de la legislatura actual es la reforma de la Caja de Profesionales. Si bien los cambios generales del sistema previsional incluyeron modificaciones para este instituto paraestatal, su deterioro financiero hace que necesite medidas adicionales para obtener fondos lo antes posible. Pero, ¿cuál es el problema de la caja?
El aporte que hacen mes a mes lo profesionales y otros ingresos que tiene, como el cobro de los timbres profesionales, le permiten recaudar unos US$ 37 millones. Pero el pago de las jubilaciones y otras prestaciones totalizan unos US$ 44 millones mensuales.
Para cubrir esos US$ 7 millones de déficit, la Caja de Profesionales debe recurrir a sus reservas. Esto significa que tiene que vender parte de su patrimonio para pagar las pasividades.
Pero si el instituto no realiza una reforma, sus reservas se agotarán en junio de este año. Así quedó escrito en el Presupuesto Financiero de la Caja de Profesionales. A mediados de diciembre, la vicepresidenta Virginia Romero planteó en una reunión de Directorio que en esa fecha la caja no tendría “fondos para cubrir la totalidad de los egresos operativos”.
Es por eso que el instituto necesita que, antes de que llegue esa fecha, el futuro Parlamento apruebe un proyecto de ley con su reforma. A medidos de diciembre, en un documento interno de la caja se manejaron las propuestas que se le entregarán al Poder Ejecutivo, que es quien debe enviar el texto al Parlamento.
La caja pretende que la tasa de aportes que pagan los trabajadores suba desde el 16,5% del salario ficto al 18,5%. Esta medida ya fue tomada de manera transitoria, pero de aprobarse quedaría definitiva.
Además, propone que haya una “contribución” de los jubilados. Esto implicaría un descuento en el monto de la pasividad de los profesionales.
También proponen que se incremente el monto de los timbres profesionales y que se amplíe la escala de sueldos fictos a 15 categorías, lo que podría motivar a más trabajadores a aportar en el instituto.
El sistema de aportación en este instituto paraestatal es distinto al BPS. En este organismo, los trabajadores aportan un 15% de su salario nominal. Pero en la Caja de Profesionales hay una escala de sueldos fictos. Es decir, los afiliados aportan en base a un salario que no necesariamente es el que cobran.
Actualmente, la escala se divide en 10 categorías. En la primera, la cuota es de unos $ 6 mil y en la décima, cercana a los $ 32 mil.
Otro reclamo de la Caja de Profesionales es que el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS) que pagan los jubilados profesionales, vaya para ese instituto y no lo recaude el Banco de Previsión Social (BPS).
Si se aprueba la reforma que impulsa la caja, el instituto tendría una sustentabilidad hasta el año 2032. El Directorio del instituto espera una reunión con el gobierno electo para avanzar en estos planteos.