Baterista de Callejeros habló a 18 años de Cromañón: "Los gritos desgarradores quedaron en mi cabeza muchos años"

Eduardo Vázquez ya cumplió una pena, pero continúa en prisión por el femicidio de sus esposa de 2010.

Hace 18 años ocurrió el incendio en el boliche República de Cromañón que provocó la muerte de 194 personas y cerca de 1.500 heridos, en un toque de la banda Callejeros.

El baterista de la banda, Eduardo Vázquez, en una entrevista con Télam, dijo que ni bien vio que una llama se había prendido, "automáticamente" paró de tocar.

Vázquez ya cumplió una pena de seis años de cárcel por "estrago culposo seguido de muerte y cohecho activo", a pesar de que sigue en prisión por el femicidio de su esposa, a quien roció con alcohol y prendió fuego en 2010, según detalla Infobae.

"Los gritos desgarradores quedaron en mi cabeza muchos años", recordó el baterista sobre lo ocurrido el 30 de diciembre de 2004. Esa noche, Callejeros presentaba "Rocanroles sin destino".

"La noche del 30 el aire estaba pesado, había un clima enrarecido en el lugar. Por otra parte, el 2004 fue el año que más conciertos habíamos dado, por ende, estábamos algo agotados, pero un cansancio que nos daba mucha felicidad", contó Vázquez a Télam.

"Tocamos una estrofa y yo miraba fijamente a alguien arriba de los hombros de otro, con esa pirotecnia que definen como candela, que disparaba luces que impactaban contra el techo. Ni bien vi que apenas una llama chiquita se había prendido, automáticamente paré de tocar", recordó.

En ese momento, comentó que "saltó de la tarima" y se fue hacia un establecimiento que estaba detrás. "A los dos minutos escuché los gritos del terror, me asomé para adentro y vi que habían cortado la luz", agregó.

"La gente estaba desesperada", relató. "Caían al piso o ya los sacaban desvanecidos. Por el shock dejé de escuchar, solo sentía un fuerte zumbido", manifestó.

En su libro "Callejero de la vida", editado este año, el baterista relata sus vivencias en las horas posteriores al incendio, la búsqueda de su madre en el hospital Ramos Mejía y el momento en el que le confirmaron que había fallecido a raíz del incendio, según Infobae.

Días después, según cuenta en el libro, se enteró de su imputación y la del resto de los Callejeros: "De ahí hasta que caí qué significaba eso, pasó tiempo. Fue un proceso que no se dio de un día para el otro", aseguró.

"Yo salí con dos palillos, uno en cada mano, a tocar música y alguien comenzó un incendio debajo del escenario (...) ¿Cómo iba enfrentar, imaginar o entender que nos imputen? Yo perdí a mi mamá, pero con mis compañeros perdimos a más de 40 personas entre familiares y amigos", manifestó.

Sobre las responsabilidades en Cromañón, el músico consideró que "confluyeron una serie de variables y fenómenos aleatorios que se venían naturalizando", como el uso de la pirotecnia, que "se había colado en la cultura del rock sin pedir permiso" y que "fue una construcción que no hizo Callejeros".