Las tragedias se van amontonando. La Policía austríaca detuvo a tres personas por la muerte de otras 71, asifixiadas dentro de un camión abandonado en la carretera.
La crisis humanitaria por las oleadas de inmigrantes que están llegando a Europa escapando de las guerras al norte de África continúa agravándose, y por diferentes ciudades del Viejo Continente se pueden encontrar aglomeraciones de personas que esperan los permisos de inmigración para continuar viaje o para entrar definitivamente a algunos de estos países.
Pero también se suceden las tragedias, la peor de las cuales sucedió este jueves en Austria, donde apareción un camión abandonado en la carretera repleto con 71 cuerpos de personas fallecidas por asfixia, inmigrantes engañados por traficantes de personas. Este viernes, la Policía detuvo y procesó a tres personas supuestamente involucradas con el hecho. Se cree que los líderes de la banda son búlgaros.
Hungría es otro de los principales puntos de entrada a la Unión Europea. 2.410 fueron detenidas el jueves en el cruce, casi mil menos que el miércoles, que tuvo una cifra récord. En lo que va del año, 100.000 personas entraron al país, más que nada afganos, iraquíes y sirios. Hungría ha endurecido sus leyes de inmigración y expulsa a todos los ciudadanos que entran de manera ilegal, lo que ha provocado un río de personas que camina por la frontera serbo-húngara. Serbia tiene una actitud mucho más laxa hacia la inmigración.
En Libia, mientras tanto, la guardia costera rescató a más de 200 personas del naufragio de un barco que había zarpado en dirección a Italia. Más o menos 250 fallecieron ahogados, al otro día de que se encontraron unos 50 cuerpos en la bodega de otra embarcación que realizaba un cruce similar del Mediterráneo.