Los ataques en la localidad de Ceará fueron calificados como terrorismo por parte del flamante presidente Jair Bolsonaro.
Desde el inicio de los disturbios el 2 de enero, las autoridades contabilizan más de 200 ataques en 43 ciudades y la policía ha detenido a más de 300 personas.
Esta ola de violencia se desató tras el anuncio del endurecimiento de las condiciones de detención en las prisiones para impedir que las bandas criminales puedan dirigir operaciones desde las cárceles.
El presidente, Jair Bolsonaro, calificó en Twitter de terrorismo la ola de violencia en el estado de Ceará, al noreste del país, que ya lleva doce días.
En estas semanas, integrantes de grupos de narcotraficantes atacaron bancos, ómnibus e incluso comisarías, afectando servicios como la circulación del transporte público, la recolección de basura o el funcionamiento de los comercios.
En la madrugada del sábado, los agresores derribaron un gran poste eléctrico en las afueras de Fortaleza, y algunos barrios quedaron sin electricidad durante horas.
“Había policías aquí vigilando, oyeron la explosión, el sonido de la explosión, vinieron acá y vieron las torres caídas y no se veía a nadie por el lugar”, dijo Marcos Sena, inspector de seguridad vial de Ceará.
La llegada de 300 efectivos de la Fuerza Nacional hace una semana disminuyó la intensidad de los ataques, pero no consiguió erradicarlos, por lo que un nuevo contingente de 200 agentes fue enviado a la zona.