No se ha tenido comunicación con el conductor desde alrededor del mediodía del martes, y ahora la tierra y otros escombros cubren la cabina de su camión.
Los trabajadores de emergencias en Japón comenzaron este viernes a construir una rampa para tratar de llegar a un camionero de 74 años de quien no se ha sabido nada desde que su vehículo fue tragado por un socavón en plena calle a inicios de esta semana.
La cavidad se ha expandido a 40 metros de ancho, casi la longitud de una piscina olímpica, desde que se abrió el martes de mañana en Yashio, a las afueras de Tokio. Estiman que este viernes el pozo alcanzó 10 metros de profundidad.
El creciente agujero podría ser el resultado de tuberías de aguas residuales corroídas, según las autoridades locales.
"Es una situación extremadamente peligrosa", dijo el jefe de los bomberos locales, Tetsuji Sato, a los periodistas el jueves en la intersección donde decenas de rescatistas han estado trabajando.
"Estamos planeando construir una pendiente (para acceder al pozo) desde un lugar más seguro para que podamos enviar equipo pesado", dijo.
Ver esta publicación en Instagram
Añadió que el agua subterránea se estaba filtrando en el interior y que el agujero "seguía hundiéndose".
No se ha tenido comunicación con el conductor desde alrededor del mediodía del martes, y ahora la tierra y otros escombros cubren la cabina de su camión.
Las autoridades evacuaron a los residentes de la zona en un radio de 200 metros, en medio de temores a que se rompan las tuberías de gas.
El cuerpo principal del camión pudo ser retirado en la madrugada del miércoles, pero la cabina del conductor sigue en el interior del agujero.
La operación de rescate se ha visto dificultada por el hecho de que las paredes internas del agujero continúan erosionándose, impidiendo que los rescatistas permanezcan dentro por mucho tiempo.
Inicialmente, el agujero tenía unos cinco metros de diámetro, pero desde entonces se ha combinado con una cavidad mucho más grande que se abrió durante la operación de rescate. A medida que el sumidero se ha ido ampliando, ocasionalmente han caído grandes trozos de asfalto, lo que ha impedido que los rescatistas se acerquen al abismo. Esto también ha hecho que sea peligroso colocar maquinaria pesada cerca.
Se ha pedido a los 1,2 millones de personas que viven en la zona que reduzcan el uso de duchas y lavandería para evitar que las fugas de aguas residuales dificulten aún más la operación.
Algunas aguas residuales de la zona se recogieron y se vertieron en un río cercano para reducir la escorrentía hacia el agujero.
Con información de AFP