No hay diferencias significativas en la propensión migratoria de los residentes de la capital y del interior, pero sí hay enormes diferencias según la edad.
El 30% de los uruguayos seguramente se iría a otro país si tuviera posibilidades de conseguir trabajo. Un 11% adicional probablemente se iría. En conjunto, el 41% de la población tiene alguna predisposición a emigrar.
Como se ve en el segundo gráfico, en Uruguay hace tiempo que hay una alta predisposición a emigrar. Hace 30 años un tercio tenía alguna intención de irse, proporción que creció hasta un pico de 44% previo a la crisis del 2002 y luego descendió paulatinamente acompañando el crecimiento de la economía, hasta un mínimo de un quinto en los años más prósperos. En esta medición se observa que la predisposición migratoria hoy es el doble que hace una década.
No hay diferencias significativas en la propensión migratoria de los residentes de la capital y del interior, pero sí hay enormes diferencias según la edad, como siempre las hubo. Los más dispuestos a emigrar son los jóvenes -seis de cada diez se irían-, mientras que los adultos mayores son los menos dispuestos. ¿Cuáles son los motivos de esas ganas de buscar el futuro en otro país? Indudablemente lo que más pesan son los factores económicos. Quienes piensan que el principal problema del país es la falta de trabajo o la situación económica están más dispuestos a irse que el resto de la población. Los desocupados tienen más predisposición a emigrar que quienes tienen trabajo, pero incluso entre quienes tienen trabajo es alta la proporción que se iría si pudiera conseguir otro trabajo en otro país. Los que no se irían son los jubilados.
¿A dónde se irían? Hay una minoría que no sabe a dónde emigraría, pero entre quienes sí lo tienen pensado el destino preferido es España, y en segundo lugar Estados Unidos. Muy atrás se ubican los países vecinos, Argentina y Brasil. En los últimos 15 años perdió algo de atractivo España y también Argentina y Brasil, y creció el atractivo de Estados Unidos y también de otros países, en particular otros países de Europa. Estos son, desde luego, destinos deseados. La realidad suele ser diferente, y la emigración más habitual es a destinos cercanos.
A partir de estos datos, se pueden extraer al menos dos grandes conclusiones: luego de una disminución grande de la predisposición a emigrar a comienzos de la década pasada, ahora Uruguay retornó a su patrón “normal” alto. Ese patrón sólo disminuyó cuando la economía estaba creciendo más que lo que lo había hecho en muchas décadas. La segunda conclusión es que, en un mundo más global, también aumenta la variedad de países destino que se consideran, aunque España sigue siendo el destino preferido.
Esta nota presenta los resultados de una encuesta nacional telefónica (a teléfonos fijos y celulares) de CIFRA en todo el país: 806 entrevistados entre los días 17 y 25 de mayo de 2022.