"Las cárceles colapsan y aumentan el delito y la violencia", explicó el comisionado parlamentario por el sistema penitenciario.
La semana pasada se confirmó oficialmente lo que ya había trascendido: en el primer semestre de este año los homicidios crecieron muy fuertemente: hubo en total 218, y eso fue 66 % más que en igual período del año 2017. También subieron las denuncias de rapiñas: 56 % más que en el primer semestre de 2016. Y los hurtos fueron 27% más que en la primera mitad del año pasado.
El comisionado parlamentario por el sistema penitenciario, Juan Miguel Petit, responde a esta información citando a los pensadores de la Ilustración: "El delito es patético y no nos deja pensar, porque nos provoca desesperación, miedo y rechazo". También reflexiona que estos datos "ratifican la vinculación entre la seguridad pública y tener buenas o malas cárceles".
Petit opina que el nuevo Código del Proceso Penal "nos saca de la oscuridad, de las tinieblas, porque implica una serie de cambios y una mayor racionalidad en el manejo del fenómeno del delito".
"Nos está faltando un desarrollo de programas sociales particulares para tener afuera de las cárceles", opina el abogado y periodista, "y por supuesto también dentro de las cárceles".
"Tenemos cárceles que siguen siendo fábricas de delito y de violencia".
"También tenemos que tener un desarrollo de las medidas sustitutivas", sostiene Petit, quien afirma que este tipo de penas tienen una aplicación mayor con el nuevo Código Penal.
"Las medidas sustitutivas, de no privación de la libertad, tienen mucho mejor pronóstico en cuanto a la no reincidencia y evitan mucho más el delito que las penas largas de cárcel".
"Suecia tiene, por cada preso, cuatro con medidas alternativas. Uruguay tiene alrededor de 10.000 presos y no debe de llegar a los 1000 con medidas sustitutivas".
Petit afirma que los delitos de tipo sociológicos y no criminológicos, es decir, aquellos que se cometen por causas sociales y condiciones de contexto, deben tener medidas de seguimiento y apoyo mayores.
El comisionado asegura que la cantidad de presos disminuyó respecto a noviembre de 2017, cuando entró en vigencia el nuevo Código del Proceso Penal, pero que está volviendo a subir.
"La cárcel-caja, encerrar a la persona en la cárcel, lo único que nos asegura es más delitos".
"Es malo para la sociedad tener muchos presos y Uruguay está entre los países que tiene más presos en el mundo".
"¿Por qué es malo tener muchos presos? Porque muchos presos son infinanciables. Entonces, se vuelven cárceles colapsadas. Cárceles donde hay delito, violencia, destrucción de la familia, ruptura con el mundo exterior, que generan más delito", explica el comisionado parlamentario.
"Para que las cárceles fueran del tipo nórdico tendríamos que multiplicar por diez el presupuesto del sistema penitenciario y no creo que haya ningún ministro de Economía que logre hacer eso".
"Hay que empezar a pensar en un sistema con menos presos, más tecnificado, más eficiente, propio del siglo XXI y de cárceles que se complementen con la privación de libertad parcial y en las que la persona va a tener que ir a atenderse a una clínica, a un centro de adicciones, a un centro de integración ciudadana, a realizar trabajo comunitario, a reparar el daño. Todo eso es el siglo XXI. Cuesta".
En el Informe 2017 del Comisionado Parlamentario (difundido en mayo), una de las recomendaciones era crear un ámbito o Consejo donde participen de manera no vinculante pero activa todos los actores de la política criminal –jueces, fiscales, defensores, policía, sistema penitenciario, programas de prevención de la violencia- de manera de afinar criterios y priorizar políticas sobre realidades de común interés para evitar confusiones y contradicciones en la aplicación o generación de normas y prácticas.
"Tenemos un divorcio entre la política criminal y la política social y necesitamos ámbitos en los que se fundan", reflexiona Petit.