El Frente Amplio se mantiene en el mismo nivel de apoyo que obtenía un mes atrás.
Falta un mes para el día de las elecciones, y todos los candidatos están en campaña. En la encuesta cerrada el jueves 26 de setiembre, el 44% piensa votar al Frente Amplio, el 24% al Partido Nacional y el 14% al Partido Colorado. Los demás partidos son apoyados por pequeñas minorías: 2% Cabildo, 1% Partido Independiente y otro tanto Identidad Soberana. Todos los otros partidos sumados tienen otro 1% de intención de voto, y queda aún un 13% de electores que aún no ha tomado una decisión sobre a quién votar o, si la tuvo en el pasado, ahora está repensando su primera elección.
¿Qué ha cambiado desde agosto? El Frente Amplio se mantiene en el mismo nivel de apoyo que obtenía un mes atrás, 44%. Pero hay cambios en los partidos de la coalición: el Partido Nacional cae cuatro puntos, 28% a 24%, y sube el Partido Colorado, de 11% a 14%. Cae también un punto el apoyo a Cabildo, de 3% a 2%. Desde las internas, entonces, el Partido Nacional muestra una tendencia a la baja, algo que ha sucedido en otros ciclos electorales. El Partido Colorado, en cambio, exhibe un crecimiento lento pero sostenido, y ahora la intención de voto es superior al apoyo que tuvo en las elecciones pasadas. Otro dato curioso es que los indecisos vuelven a aumentar y están al mismo nivel de julio, justo después de las internas, cuando la novedad de la definición de los candidatos de cada partido hizo que más electores decidieran esperar antes de definir su voto. Parece que el último mes no ayudó a que esos votantes dudosos tomaran posición a favor de alguno de los partidos en carrera.
Si se analiza el apoyo por bloques, Frente Amplio y coalición, se observa que hoy se vuelve a agrandar la diferencia a favor del Frente, porque se reduce dos puntos el apoyo a alguno de los partidos de la coalición. Salvo justo antes de las internas, el Frente siempre ha registrado más apoyo que la coalición, aunque a principios de año la diferencia era mayor que la actual.
Estas últimas cuatro semanas serán decisivas. Se juega al menos la mayoría parlamentaria y eventualmente también estaría en juego si hay o no balotaje en noviembre.
Los candidatos, los dirigentes y los militantes tienen que conquistar a ese público tan esquivo, los indecisos. Muchos de ellos tienen poco interés -y poca fe- en la política y en el gobierno, y sólo empiezan a prestar atención a la campaña en los últimos días, porque saben que tienen que votar a alguien, y prefieren que su voto sea útil.
Y también tienen que consolidar el apoyo de quienes hoy tienen una preferencia por un candidato o partido determinado. Más de un tercio de quienes prefieren un partido no está seguro de si finalmente lo votará. Ese grupo puede confirmar en estas últimas semanas que esa decisión preliminar es la correcta, o puede sentirse más atraído por otro candidato o partido que a último momento transmite un mensaje que lo convence más.