“Si hay tormenta, no podés salir. No importa el capricho de cualquiera, aunque se enoje”, agregó López Mena.
“Un grupito de 10 personas” que “no están acostumbradas a viajar mucho”. Esas fueron las palabras del presidente de la empresa Buquebus, Juan Carlos López Mena, para referirse al episodio en el que unas 650 personas quedaron demoradas más de 12 horas en el puerto de Colonia el fin de semana, momentos en los que muchos pretendían cruzar a Argentina para ver la final del Mundial Sub-20.
Los pasajeros en cuestión tenían previsto viajar en la noche del sábado desde Colonia a Buenos Aires, pero terminaron haciéndolo recién el domingo a las 12:10 horas. “Nos mintieron todo el tiempo” y “nos encerraron en el barco”, dijo a Telemundo una pasajera, que tenía previsto pasar el fin de semana en la capital argentina. La tripulación del Atlantis III informó a los pasajeros que los fuertes vientos impedían zarpar; pero a medida que pasaba el tiempo, y no había una comunicación oficial, la inquietud empezó a ganar.
En nombre de los pasajeros, uno de ellos presentó una denuncia formal contra la empresa. Señaló que hasta las 4:45 horas de la madrugada, el capitán del buque no había dado ninguna información sobre la situación, y que recién a esa hora comunicó que nadie podía bajar del barco, y que la hora de partida estaba prevista para las 7:00 de la mañana. Ante esa situación, varios pasajeros durmieron en el suelo. Había personas mayores y niños. “No había comida ni agua”, dijo la pasajera que contactó Telemundo, y a medida que pasaban las horas también se deterioraba la higiene en los baños. Algunos perdieron gastos en hoteles y vuelos, según constató la denuncia.
Consultado al respecto de lo sucedido, López Pena dijo al diario El País que las afectaciones de los viajes por fenómenos naturales, como tormentas, son algo normal y que la empresa no puede operar sobre ellas. “He estado dos días en un aeropuerto en Suecia porque había nieve y corría riesgo el avión. Las horas son las horas que sople el viento. No depende de nosotros”, afirmó, y agregó: “El viento no es un invento nuestro sino de la naturaleza”.
En esa línea, el empresario argentino consideró que el episodio del fin de semana involucró a “un grupo pequeño”, pero que “al periodismo le gustan las malas noticias”. “El periodista debería pedirle a la empresa cuál es su opinión. ¿Quién no puede protestar? Yo puedo protestar. Si fuera periodista, le preguntaría al otro qué sucede”, apuntó.
“Si hay tormenta, no podés salir. No importa el capricho de cualquiera, aunque se enoje”, agregó López Mena.