"Era una chiquilina que realmente se veía que tenía vocación para el magisterio, que sentía placer en el trabajo con los niños", dijo la directora del Instituto de Formación Docente (IFD).
Bárbara Prieto tenía 24 años, era estudiante y estaba a dos materias de recibirse de maestra. De hecho, este martes cuando desapareció había salido a las 7:00 de la mañana de su casa, ubicada en la ciudad de Rivera, para ir al Instituto de Formación Docente (IFD). La joven vivía con sus padres y hermanos en el barrio Mandubi.
Quienes la conocían la describen como "una chica maravillosa", "muy responsable" y "alegre". "Era una chiquilina que realmente se veía que tenía vocación para el magisterio, que sentía placer en el trabajo con los niños", dijo la directora del IDF de Rivera, Julia Brasil.
Un familiar de Bárbara llegó este martes, sobre las 19 horas, al centro educativo donde concurría para preguntar por ella. "Eran casi las 19 horas y no sabían nada de ella", detalló Brasil. "Buscamos en el sistema de gestión estudiantil, donde llevamos el control de las asistencias de los estudiantes y efectivamente Bárbara no había concurrido a clases en el día de ayer", agregó.
Ante esa situación, la familia hizo la denuncia de inmediato. Finalmente, a la noche se localizó el cuerpo de la joven en un baldío ubicado en el barrio Mandubí. El cuerpo presentaba evidentes signos de violencia.
Bárbara era cristiana y formaba parte de una comunidad evangélica. El pastor Nelson Da Rosa repudió la "crueldad" con que la vida de la joven fue arrebatada.
Un hombre había sido detenido tras el hallazgo del cuerpo. Se trata de un joven de 20 años e iniciales A.S., que fue imputado por un homicidio muy especialmente agravado por femicidio. Deberá cumplir 180 días de prisión preventiva mientras continúa la investigación.
"Estamos consternados, muy tristes, también indignados", expresó Da Rosa. "De verdad a uno le duele mucho porque es una hija para uno", lamentó.
Da Rosa estuvo con su familia este martes luego que se encontrara el cuerpo de la joven. "No había condiciones para hablar con ellos, solo los pude abrazar", sostuvo.
Bárbara cantaba en la iglesia y sus hermanos son músicos, y al pastor le cuesta entender que hoy mira hacia el escenario y ella ya no está. "El domingo ella estaba cantando en esa plataforma y era precioso verla", afirmó.
"Quiero quedarme con lo mejor de Bárbara, con su proyecto de vida, sus sueños, y el trabajo para su futuro, buscando la excelencia", reflexionó.