Uruguay compró a Brasil seis aviones de guerra por US$100 millones; oficialismo dice que es "buena noticia" y el FA que "hay otras prioridades"

Los seis aviones son del modelo A-29 Súper Tucano y pertenecen a la empresa brasileña Embraer.

El gobierno uruguayo acordó la compra de seis aviones de combate a Brasil, un negocio que costará unos US$100 millones y que fue sellado durante la cumbre del Mercosur de esta semana por los mandatarios de ambos países.

Las negociaciones venían avanzadas por parte de los ministerios de Relaciones Exteriores y Defensa de los dos países, pero se concretaron durante el encuentro de los presidentes Luis Lacalle Pou y Luiz Inácio Lula da Silva en el marco de la cumbre de este lunes.

Los seis aviones son del modelo A-29 Súper Tucano y, según informó el diario El País y pudo confirmar Telemundo, pertenecen a la empresa brasileña Embraer. Serán pagados durante un período de entre 10 y 15 años.

También se compró un avión para el transporte de personas, que tiene un costo de US$1 millón, y que se modificará para que opere como aeronave de traslados sanitarios. 

“Una muy buena noticia” y “hay otras prioridades”

Consultado este martes al respecto de la compra de los aviones, el senador nacionalista y exministro de Defensa, Javier García, afirmó que se trata de “una muy buena noticia”. 

“Creo que en este período de gobierno se va a llevar adelante el mayor proceso de modernización del equipamiento de las Fuerzas Armadas que se tenga conocimiento en el Uruguay, en un solo período”, dijo, y agregó: “Esto significa mayor seguridad para el Uruguay. Desde la coalición de gobierno nos comprometimos a llevar adelante un proceso de reequipamiento de las Fuerzas Armadas”.

Consultado específicamente sobre el monto destinado a esta compra, el exministro respondió: “El narcotráfico tiene un poder de destrucción y de corrupción infinitamente superior (a los US$100 millones que se invierten en los aviones). Al narcotráfico no se lo enfrenta con escarbadientes, se lo enfrenta con poder de fuego, con capacidad policial, militar en las fronteras e inteligencia. Si no lo enfrentás, las consecuencias no son US$100 millones, son gravísimas”.

En tanto, el senador frenteamplista José Carlos Mahía consideró que se trata de “un gasto enorme que va a trascender este gobierno y que naturalmente no lo va a pagar la administración que hace el gasto”.

“Por lo tanto, sorpresa y preocupación desde ese punto de vista. Se agrega a todo lo que este gobierno le va a trasladar al que venga en materia fiscal, porque han excedido largamente desde el punto de vista de sus decisiones económicas los gastos, vas a ser una pesada herencia para la próxima administración”, dijo.

“Desde el punto de vista general, creo que hay otras prioridades que se podrían haber puesto en marcha. Por ejemplo, hoy en Uruguay hay una gran cantidad de centros CAIF que están sin funcionamiento, porque no tienen la mínima cobertura de docentes y más funcionarios que requieren. En cuanto a prioridades, cuando se habla de primera infancia y focalizar los esfuerzo fiscales, este no ha sido un ejemplo de prioridad en esta materia. El tema es la oportunidad del gasto. Plantear este tipo de gasto sobre el final del gobierno es realmente como señal muy preocupante”, agregó Mahía.


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