Su madre, Andrea, tenía diagnóstico de lupus, pero la situación se complicó aún más cuando supo que tenía hipertensión pulmonar, una enfermedad rara que para las embarazadas representa un riesgo de muerte del 50%.
Una unidad especial del Hospital de Clínicas atiende embarazos de mujeres con patologías que ponen en peligro su salud y la del feto. Ese equipo hizo posible que naciera Faustina, pese a que su madre padece una enfermedad rara que tiene un riesgo de muerte del 50% en embarazadas.
Un video difundido por el Hospital de Clínicas es un ejemplo del trabajo de la unidad de medicina materno-feto-neonatal, donde equipos multidisciplinarios atienden a embarazadas que padecen patologías de riesgo. Hasta allí llegó Andrea Rocha.
Tenía diagnóstico de lupus, pero la situación se complicó aún más cuando supo que padecía hipertensión pulmonar, una enfermedad rara que para las embarazadas representa un riesgo de muerte del 50%. Le preguntaron a la mamá, que decidió continuar el embarazo.
"El equipo de cardiólogos y de especialistas en enfermedades autoinmunes más el equipo obstétrico cada semana o cada 15 días iban reevaluando cómo evolucionaba su hipertensión pulmonar, qué riesgo tenía de falla cardíaca", explicó a Telemundo el director de la clínica ginecotocológica, Francisco Cóppola.
"Todos estos riesgos no son absolutos van cambiando con el curso del embarazo, o sea, el riesgo materno va agravándose a medida que aumenta el embarazo y el riesgo de un niño prematuro va disminuyendo. Entonces, cada semana, cada 15 días, hay que poner los dos platos de la balanza para ofrecer una recomendación", agregó.
En las evaluaciones se llegó a la conclusión de que era más seguro que naciera prematura, porque eso mejoraba las chances de sobrevivir. La niña nació de 34 semanas. Para la unidad del Clínicas no es un caso excepcional.
"Hay muchas pacientes con insuficiencia renal, que llevan diálisis diaria, hay pacientes diabéticas muy severas, con otras patologías neurológicas. Esa paciente es una muestra; queremos mostrar cómo trabaja un equipo multidisciplinario concentrado en el embarazo", aseguró.
Cóppola destacó "la discusión colectiva" y recalcó que a veces este es el único sitio en el que se pueden generar. "Es un hospital general donde están todas las especialidades y además las especialidades están constituidas por cátedras", detalló.
Faustina ya cumplió diez meses y vive con sus padres en la ciudad de Melo, capital de Cerro Largo. No ha tenido problemas de salud y tanto ella como su madre siguen atendiéndose con el equipo del Clínicas. "Yo a ella la quería tener y la verdad que no me importaba nada", contó a Telemundo Andrea.
"Me vieron muchos psicólogos, hablaron conmigo, mi vida estaba en riesgo sí, de verdad, pero yo no podía negarme a ella. No quería la interrupción y dije que no desde un principio y así lo sostuve hasta que pude tenerla", aseguró.
Andrea describió a Faustina como una niña "bandida", pero destacó que "va creciendo hermoso". A su vez, envió un mensaje a las madres que se encuentran en una situación similar a la que ella tuvo que enfrentar: "Que tengan fe, yo creo mucho en Dios y fue a lo que me aferré", dijo.
Andrea, de 23 años, agradece a su fe y también al equipos del Clínicas que la acompañó en el embarazo y lo sigue haciendo. "Hay mucho cariño, amor, compañerismo; es como una familia", aseguró.