Uruguay ha sido formado por inmigrantes de diferentes nacionalidades, algunos han llegado en los últimos tiempos, otros durante el siglo pasado escapando de la guerra o buscando un futuro mejor para sus familias.
La Casa del Inmigrante es un lugar donde muchos extranjeros encuentran hospedaje de forma transitoria, está manejada por personas de otros países.
Carlos, de la Casa del Inmigrante, le explicó a Kairo Herrera:
Hay trabajadores inmigrantes que trabajando duro comienzan a elevar su calidad de vida, pasan de una situación de emergencia a conseguir un buen trabajo. El inmigrante viene a laburar, por ejemplo los dominicanos vienen y están 20 horas trabajando. Su cabeza es trabajar.
Hoy hay leyes que favorecen al trabajador inmigrante, a las trabajadoras domésticas, que presionan a los patrones para que los inscriban al BPS. Lógicamente hay trabajadores en negro y se violan los derechos sociales, pero hoy los dominicanos trabajan más que nada en vigilancia.
Por su parte, Alberto Canales (psicólogo de la Casa del Inmigrante) explicó:
Yo siempre digo en las charlas que doy a los inmigrantes que no se hagan ideas exageradas con lo bien que les va a ir acá. Muchas de estas personas son discriminadas, a una empleada doméstica la hacían dormir en una casa vacía en Punta del Este, otra vivía en una casa con un solo baño y la patrona no la dejaba que lo usara porque lo dejaba con mal olor.
No denuncian porque tienen miedo a que los echen. Dentro de esas cuatro paredes el inmigrante está solo y es su palabra contra la del patrón. Creo que ahora los patrones lo piensan dos veces antes de cometer abusos. Hay leyes pero lamentablemente con leyes no se pueden cambiar los sentimientos.
En los últimos años ha habido una ola inmigratoria de personas provenientes de República Dominicana. Patricia Madrid llegó hasta una pensión frecuentada por dominicanos.
Una mujer que allí vive le contó a Patricia:
Vine buscando una mejor vida, nos dijeron que aquí se ganaba bien, que la vida era diferente. Cuando me vi en la condición de vivir con cinco personas en un cuartito, donde allá yo tengo mi apartamento y vivo en otra situación, ha sido triste. A mí nadie me trajo engañado, yo vine porque uno quiere experimentar nuevos horizontes, buscando una mejor vida para mis hijos, pero a mí la vida se me acabó aquí.
Aquí se vive mal, mal, mal. Agradezco mucho acá a la pensión porque nos ha dado mucho. Si hay meses que no puedo pagar, no me hacen problema. Nos dijeron que aquí había mucho trabajo, allá en mi país somos trece millones, el trabajo se dificulta. Uno sale emigrando en busca de un futuro para sus hijos. Los extraño cada día más, lloro y lloro. Aquí se me ha ido la alegría.
He mandado plata pero la vida acá es muy cara, yo les mando a mis hijos, cuando cobro me quedo casi sin nada porque les mando todo para allá. Yo no sabía que Uruguay era tan lejos, tuve que tomar dos aviones para llegar, cuando llegué pensé que era el fin del mundo. Hace un año atrás empecé a escuchar que en Uruguay había plata, pero la vida es otra acá. Es otra.
Otra mujer contó:
Me quiero quedar un año más, porque reúno un poco de plata y me vuelvo con mi mamá, mi hijo y mis hermanos. La vivienda en Santo Domingo es mejor, pero uno tiene que adaptarse. Hay personas que al separarse de sus familiares empiezan a ponerle "peros" a la cosa. Toda la vida hay que arriesgarse, uno no puede estar apegado a Santo Domingo. Yo me siento bien.
Rafael Pineda, ministro consejero de la Embajada de República Dominicana, explicó:
En el tiempo que tengo en Uruguay, los primeros dominicanos vinieron a Uruguay porque estaban enamorados. Encontraron pareja y vinieron a radicarse. Después comenzó una ola migratoria masiva por diferentes causas. Algunos querían cambiar de ambiente, otros tenían oportunidades de trabajo.
Algunos quedaron felices y otros se decepcionaron y se fueron, pero la mayoría quedó conforme con el trato que recibieron en Uruguay. Algunos ofrecen cosas para cobrar una suma de dinero, porque muchos fueron objeto de trata. Va un mercader y les dice: en Uruguay te ofrecemos una casa y un trabajo y vas a ganar en dólares y en Euro.
Entonces vinieron muchos y cuando llegaron resulta que aquí los salarios no son ni en dólares ni en Euro, son en pesos. Aunque hay una conformidad porque el cambio de la moneda uruguaya se duplica con la dominicana, pero se encontraron con que el costo de la vida en Uruguay es caro.